¿Cómo influye la alimentación en nuestra salud mental?

El cerebro humano tiene una exigencia energética alta y constante, por lo que un buen estado nutricional es importante y clave para la salud mental, es decir, si la calidad de los alimentos que ingerimos es baja esto podría contribuir al desarrollo de alguna patología metal, como por ejemplo la depresión y la ansiedad.

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Múltiples estudios encuentran una correlación entre dietas altas en azúcares refinados y alimentos procesados con la función de nuestro cerebro, promoviendo la inflamación, el estrés oxidativo y empeorando los síntomas de enfermedades mentales (como la depresión), mientras que una dieta alta en vitaminas, minerales y antioxidantes nutre el cerebro, lo protege contra el estrés oxidativo y a su vez mantiene un tracto gastrointestinal sano.

La conexión entre la alimentación y el estado de ánimo depende no solamente de lo que se come, sino que cada vez más evidencia respalda la relación que tiene también con las bacterias “benignas” en nuestro intestino. La serotonina es un neurotransmisor que se produce en un 95% en nuestro tracto gastrointestinal ayudando en la regulación del sueño, apetito y en el estado de ánimo. Por lo que una microbiota intestinal sana, juega un papel esencial en la salud. No solamente protege el revestimiento de los intestinos, sino que proporciona y asegura una barrera contra las toxinas y bacterias “malignas”, limitan la inflamación, mejoran la absorción de nutrientes de los alimentos y activan canales entre el intestino y el cerebro.

Existen estudios en donde muestran que una dieta tradicional Mediterránea disminuye entre un 25-35% el riesgo en desarrollar depresión en comparación a la dieta “occidental”. La diferencia está en que las dietas tradicionales, Mediterránea o la dieta DASH, tienden a ser altas en frutas, vegetales, granos enteros, pescados, cantidades moderadas de carnes magras y lácteos y bajas en azúcares refinados y alimentos procesados (base en una dieta occidental) proporcionando nutrientes claves para mejorar síntomas en la depresión y ansiedad. Por ejemplo:

  • vitaminas como la A, C, D, E, B12
  • minerales como el magnesio, selenio, zinc
  • omega 3

Aunque ningún nutriente o plan de alimentación por sí solo puede curar la depresión u otra afección en cuanto a la salud mental, una buena nutrición es parte esencial en el bienestar mental y en la terapia médica.

Elaborado por:

Dra. Alejandra Alfaro, Nutricionista